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domingo, 11 de abril de 2010

Modelo pedagógico: Escuela vs docente

model Pedagogy: School vs teacher.

Resumen:
Ver a la escuela como una empresa, ha traído consecuencias negativas para el ámbito educativo y para la formación del dicente. Se ha llegado a un juego de legitimidad de lo inexistente cuando la institución educativa ofrece un panorama prometedor para el cliente, no procurándose que al interior de su organización existan incongruencias como la falta de capacitación docente con respecto al modelo pedagógico y curricular ofrecido al demandante, generando más vacío e incongruencias en el quehacer educativo del ámbito privado.
Palabras clave: Modelo pedagógico, currículo, Institución educativa, Formación docente, dicente.

Abstract:
See the school as a company, has resulted in negative consequences for the education and training of the student. Reached a legitimacy of the non-existent game when the educational institution provides a promising picture for the customer, not but that there are inconsistencies as the lack of teacher training to the curricular and pedagogical model offered to the applicant, generating more empty within your organization and inconsistencies in the educational work of the private sphere.
Key words: pedagogical model, curriculum, educational institution, training teachers, student.


Introducción:
En el sistema educativo Nacional tenemos un gran número de fallas e inconsistencias que van desde lo educativo, pedagógico, político, económico, entre otros. Dichos problemas podemos numerarlos y dividirlos por su origen, naturaleza, impacto, etc., así como por su carácter global, local, glocal e incluso institucional e interpersonal. Sin embargo, en este trabajo trataremos de realizar algunos acercamientos a uno solo de un sin fin de problemas, nos referimos a la falta de congruencia entre lo que algunas instituciones educativas -en tanto empresas- ofrecen y demandan , con respecto a los usuarios y el personal que labora en dicha institución. En cuanto a los alcances de este trabajo, sabemos que son mínimos, pues solo se pretende dar algunos acercamientos y dejar la ventana abierta para una mayor profundidad y propuestas concretas para una mejora continua.

¿Dónde está el problema?
Dentro de los tantos problemas que presenta la educación en nuestro país, y me atrevería a afirmar que en el mundo –solo basta hacer una revisión crítica a lo planteado en el Plan Bolonia para la educación superior en Europa-, es la inconsistencia práctica del currículo planteado en algunas instituciones, y su relación con lo que el usuario ofrece como perfil docente. Según vemos, este problema estriba en el hecho de que el modelo pedagógico que la escuela como institución ofrece, no corresponde en realidad a la formación y perfil del docente empleado. Este juego dicotómico se genera en expectativas ideadas sobre el deber ser y el ser en realidad, generándose una contradicción dialéctica que tiene como juego una legitimidad de una idea sobre una realidad no existente. Esta idea ficticia funciona de la siguiente manera:

Yo institución presento y ofrezco al mercado educativo un modelo curricular integral con un enfoque pedagógico denominado construccionismo. Si bien son pocos los padres de familia los que tienen conocimientos de pedagogía, el nombre es llamativo, pero además va de la mano de una mercadotecnia que ponga a la escuela en un nivel de competencia frente a las demás. El padre de familia inscribe a su hijo en dicha institución. Hasta aquí todo va bien. La institución requiere de planta docente, se anuncia en el periódico o pide a otras instituciones recomiendo aspirantes. El docente aspirante llega y se le realiza en algunos casos un examen psicométrico, y una pequeña “prueba práctica” de su labor educativa. Aprueba ambas cosas y se le contrata. La entrevista y la prueba realizada en ningún momento giraron en torno al modelo pedagógico que la institución ofrece, pero tampoco en cuanto a cómo planear, ni la revisión del curruclum explicito ni oculto.

Suele suceder que la institución aplique algunas pruebas al aspirante a docente como se mencionó anteriormente, incluso puede ser que lo pretenda capacitar después de ser empleado, pero muy pocas veces existe un seguimiento y una evaluación de su desempeño práctico. Lo anterior debido principalmente a que la institución no ha identificado dicha debilidad como un problema, pero también al hecho de que en la mayoría de los casos, el coordinador académico la hace de director y asesor pedagógico, implicando que la mayor parte del tiempo lo dedique a asuntos administrativos, descuidando la cuestión pedagógica. Definitivamente el problema de fondo es económico, con repercusiones en lo administrativo y pedagógico. Si la empresa escuela tiene una persona realizando la función de dos o tres, elimina en esa mima proporción los egresos por sueldo. Y nuevamente regresamos a la contradicción. Si esa escuela-empresa empleara a un asesor pedagógico, a un coordinador académico y a un director, la escuela tendría no solo un mayor servicio, sino que además ganaría prestigio sobre las demás instituciones, incrementando sus ingresos. Un problema fundamental desde la cuestión administrativa, es que en algunas escuelas los dueños no cuentan con una preparación pedagógica que les señale la lógica correcta no solo en cuanto a la calidad de servicio, sino a un incremento de la matricula y por ende de los ingresos.

Empero, el problema es multifactorial. Analicemos otro punto importante. En la mayoría de los colegios, al personal docente y administrativo, no se les proporciona un curso propedéutico de lo que es un colegio, lo que es trabajar con adolescentes, niños, etc., y mucho menos, sobre el enfoque o escuela pedagógica que el colegio sigue como fundamento y teoría educativa. El hecho es que son muy pocas escuelas las que en realidad acuñan un modelo pedagógico, y más allá, capacitan no solo a su personal docente, sino administrativo en las formas, objetivos, de los planes y programas de estudio, sino y sobre todo, en el perfil, misión, visión, y formas de lograr lo planteado por la institución. El error anterior no solo lleva a generar un vacío pedagógico, sino que además se legitima una realidad inexistente como planteamos al inicio del trabajo. Continuemos con los ejemplos:

El colegio se vende como construccionista, pero los docentes no están preparados teórica ni prácticamente para el desarrollo de dicha propuesta pedagógica. El padre de familia confía a su hijo a la institución, pero desconoce la formación del docente y su forma de trabajo. El docente por su parte es tradicionalista, y abrazó de facto y sin saberlo, el método escolástico como verdad absoluta, no está abierto a otras posibilidades, y la institución no se preocupó por capacitarlo según lo ofrecido en el mercado educativo. Resultado: una incongruencia total en lo que se dice, se piensa, se demanda, pero sobre todo, una desfiguración de la formación del dicente. La causa, una inconsistencia en el mapa curricular, principalmente en el perfil docente.

De los ejemplos anteriores, podemos afirmar lo que menciona Carreño: Logro o fracaso son consecuentes al funcionamiento del proceso en su totalidad, y basta con que alguno de los factores participe inadecuadamente para que el aprendizaje final se vea afectado de manera negativa como grave sea la inadecuación.

Los mejores maestros y alumnos fracasan frente a un programa cuyos contenidos y objetivos estén mal planeados (2007:49). En definitiva, programa y contenido no solo se puede reducir al plan de estudios o la carta descriptiva, sino que también al modelo pedagógico a emplear, las tácticas y estrategias, así como la filosofía de la institución que implementa los puntos antes mencionados. Sin embargo, aún así, todo lo anterior parecería un fantasma sin una aplicabilidad práctica, y sin un seguimiento evaluativo del proceso educativo institucional en su totalidad, sin una selección seria y capacitación constante del docente, tomando en cuenta el modelo curricular y de la escuela en su conjunto. Si seguimos pasando por alto todo lo anterior, estaremos repitiendo el mismo vicio, sin tomar en cuenta lo antes mencionado, seguiremos legitimando una realidad que solo es en la medida que se presenta como virtual en una página web o un cartel que anuncia una institución, pero que en la práctica pone su grano de arena para llevar aún más al sistema educativo a la deriva.

Conclusión:

Es importante que las instituciones educativas tomen en cuenta todas las piezas claves del quehacer educativo, y una de ellas es la capacitación docente y el seguimiento de la congruencia entre lo que se ofrece al empleador y lo que realmente se da. También lo es, tener en cuenta una división del trabajo para una mayor efectividad, en el quehacer intitucional. Si la institución educativa emplea a tres personas con características específicas para el desempeño de un puesto, no solo mejorará la calidad de los servicios que ofrece, sino que además el personal laborará mejor y eso se verá reflejado en el incremento de la matricula escolar, pero y sobre todo en la formación del estudiante.

Referencias:

° Crema, Mirilla y de Guebel, Alicia (1994) Educación, amor y odio, un conflicto institucional o ¿Quién dijo que la maestra es la segunda mamá? Vs ¿Quién dijo que la madre es la primer maestra?, en Escuela, comunidad y cultura local en… Antología, Licenciatura en educación plan 1994, México.

° Carreño, Huerta (2007). Enfoques y principios teóricos de l Evaluación. Ed. Trillas. México.

° Davini, Ma. Cristina (2001) La formación docente en cuestión: Política y pedagogía. Ed. Paidós. Argentina.

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